martes, 30 de junio de 2009

¡ Hoy llegó el GRAF ZEPPELIN !.....

El Graf Zeppelin sobrevolando majestuoso Buenos Aires. Ésta foto fué tomada por mi abuelo Antonio Prividera en Campo de Mayo. No debe de haber sido fácil tomarla, primero por lo rudimentario de la cámara y segundo, obtener una imágen de cuerpo entero del dirigible.


El 30 de junio de 1934, hace hoy 75 años, sobrevolaba la Ciudad de Buenos Aires el imponente dirigible Graf Zeppelin. Por primera vez llegaba a la Argentina una de esas gigantescas aeronaves que, creadas por el Conde von Zeppelin, habían asombrado al mundo. Y con las cuales su continuador, el heredero de sus angustias y afanes, el Dr. Hugo Eckener, famoso sabio y aeronauta alemán, sentaba precedentes de orden técnico y científico, al par que establecía constancias de una perfecta seguridad en el traslado colectivo aéreo y contribuía a la formación de una cabal conciencia aeronáutica mundial. Por primera vez llegaba a la Argentina una de esas gigantescas aeronaves, y era el Graff Zeppelín, cuyas andanzas por los cielos de distintas partes del mundo se conocían a través del cable.
En los meses previos a ese primer viaje, la expectativa era grande, en especial, cómo es lógico, en los círculos afectados a la aeronáutica. Los argentinos conocían sobre dirigibles por haber tenido a EL PLATA, pero los Zeppelines eran mucho mas grandes, y este, el Graff, era formidable. Con todos los adelantos de la técnica y la ciencia, más todo el confort para los pasajeros que podrían hacer de cuenta que viajaban en un trasatlántico lujoso, de ahí la enorme expectativa.
La inmensa aeronave que venía de Río de Janeiro, adónde yá había llegado en otra oportunidad, pero sin extender su viaje hacía la Argentina, procedía de Alemania. Este vuelo era un ensayo definitivo para el establecimiento de las líneas aéreas de pasajeros y correspondencia entre su país de origen y la Argentina, vía Sindicato Cóndor (antecesora de la Lufthansa).
Ese 30 de junio de 1934 quedó en la historia, pues toda la población de Buenos Aires y alrededores se movilizó para ver al Graf Zeppelin, que hacía un viaje relámpago, yá que, anunciada su llegada para ese sábado, una hora despúes volvería a remontar vuelo, en viaje de regreso a su destino.
Desde las primeras horas de la madrugada de ese día, enormes caravanas de vehículos de toda índole llevaban a un solo punto: Campo de Mayo, dónde debía efectuarse el aterrizaje de la imponente aeronave. El ambiente helado y cortante de aquella mañana de crudo invierno, no animaló a las masas. El bajo cero no sería capaz de contenerlas.
A las 6 de la mañana, el tránsito era intenso por todos los caminos que conducían a Campo de Mayo. La vieja estación de Tranvía de Federico Lacroze, en Chacarita, apretujaba a millares de personas que se colgaban de cualquier manera, de los coches eléctricos que iban saliendo de allí sucesivamente hacia Campo de Mayo, con un servicio extraordinariamente reforzado.
Era aún de noche y la cantidad de personas que se había reunido en el lugar donde debía aterrizar el dirigible alcanzaba una densidad extraordinaria. Los palcos estaban colmados y una franja ancha del terreno estaba lista para recibir al ilustre visitante.
En la Ciudad, las terrazas y los balcones mostraban un aspecto inusitadamente poblados.
Ese amanecer del 30 de junio de 1934 sería inolvidable en todo sentido. Junto con el aclarar del día señalado, junto con los primeros rayos de un sol que lució sus mejores galas, comenzó a sobrevolar la Ciudad de Buenos Aires el Graff Zeppelin. Atravesó varias veces el centro, Plaza de Mayo, Avenida de Mayo, el Congreso, el Once, una vuelta sobre Palermo...otra sobre Barracas...la gente miraba hacia arriba en busca de ese enorme pájaro plateado que se deslizaba majestuosamente.
En Campo de Mayo, la multitud iba creciendo...y cuándo comenzó a aclarar, se vió al Graff Zeppelin que iba y venía, desde el centro de la Capital hasta el lugar de aterrizaje, esperando el momento propenso para hacerlo.
Cuándo el sol yá resaltaba la enorme figura plateada, el Graff se hizo presente sobre el campo de aterrizaje. Cruzando el campo de parte a parte, se dirigió hacia Hurlingham y desapareció de la vista del público. Tres veces se fué y volvió....
Hasta que se dispuso el aterrizaje. Entónces las evoluciones permitieron ver al público ver la imponente mole aérea en toda su impresionante presencia. Las hélices volteaban lentamente, produciendo los motores una trepidación amortiguada. La barquilla de proa permitía observar hasta los más mínimos detalles: los pasajeros saludaban al público en tierra, mientras ondeaba un gallardete con los colores argentinos.
El descenso se produjo a las 8:38. Para hacerlo, el Graff inclinó con desición su nariz hacia el suelo, y arrojó el lastre. Poco después se lanzaban las sogas, y dos centenares de soldados conscriptos, especialmente adiestrados al efecto durante muchos días, se aferraron a ellas, con extraordinaria disciplina, hasta conseguirse el amarre definitivo.
El Doctor Eckener y el Comandante Lehmann fueron aclamados por la multitud y recibieron la bienvenida oficial por medio del ministro de Guerra, General Manuel Rodríguez, y uno de los edecanes de los presidente de la República.
Luego, una hora y quince minutos después, se producía la partida del Graff Zeppelín. Habían descendido los pasajeros que traía la aeronave-entre ellos el famoso charlista español García Sanchíz- y había sido entregada la corespondencia. Y ya se habían embarcado quiénes se disponían a marchar por tal medio a Río de Janeiro y Berlín. Y nuevas sacas de correos iban a cruzar las nubes, rumbo a regiones remotas.
La partida se produjo a las 9:53, como queda dicho, y se renovaron las escenas emotivas. En Campo de Mayo y en toda la ciudad volvieron a agitarse los sombreros y los pañuelos. Y la multitud se agolpó emocionada, para dar el adíos a la gigantesca aeronave, mientras las escuadrillas de aviones militares que sirvieron de escolta al dirigible a su arribo y a su marcha, regresaban a sus bases, y Buenos Aires recobraba su ritmo habitual. Pero quedando en el ambiente el recuerdo indeleble de esa mañana fría en que, por primera vez, uno de los más famosos Zeppelines se había deslizado majestuosamente sobre el cielo argentino

sábado, 27 de junio de 2009

Patoruzú y el PULQUI II....

Ejemplar de la revista PATORUZÚ, Mayo de 1951. (Gentileza: Horacio Rivara)

martes, 23 de junio de 2009

Escudo Identificatorio del Blog

Bueno, acá está ! éste es el escudo, o parche, que de ahora en más identificará al blog. Mil Gracias a Christian Zambruno, que se ha tomado el trabajo de diseñarlo. Espero les guste !
W.M.B.

viernes, 19 de junio de 2009

Cabo Piloto Militar Jorge J. Alvarez

En traslado de una autoridad militar......

Jorge Alvarez a bordo del S-51 junto a un compañero......

Luciendo orgulloso su brevet de Piloto Militar.......


LA NACIÓN, 17 de Mayo de 1959....



El 15May59, el DC-3 LV-AFW perteneciente a la empresa Aerolíneas Argentinas, se estrelló poco después de despegar desde el Aeropuerto Camet de Mar del Plata. La aeronave cumplía la ruta Ezeiza - Camet - Bahía Blanca, y se perdió en el mar cuando partía para completar el final del trayecto. En el accidente murieron 10 personas. Había partido desde Ezeiza a las 18:30 hrs bajo el indicativo de vuelo AR672 arrivando a Camet a las 20:14 hrs. A las 20:40, el LV-AFW despega hacia Bahía Blanca, destino al cuál nunca llegaría.....
Todavía se están investigando las causas del accidente del Airbus AF 447 sobre el atlántico, buscando los causales de tamaña tragedia, lo mismo ocurrió con el LV AFW en el año 1959. Se barajaron varias hipótesis sobre qué le había pasado al veterano DC 3. Esta es una breve historia sobre ese luctuoso siniestro, pero también, un pequeño homenaje a una de las víctimas: El aviador Jorge J. Alvarez, quién se desempeñaba cómo copiloto en ese vuelo.
Debo aclarar que éste noble aviador, o piloto, no guarda relación de parentesco con el suscripto, ni siquiera conocido, pero los rostros hablan, y debo admitir que me impactó ver sus fotos. Aquí va la historia....
El Museo Nacional de Aeronáutica es destinatario de objetos que pertenecieron a personas relacionadas con el vuelo en nuestro país, con un enorme significado sentimental para aquellos familiares que efectúan la donación de sus seres queridos.
Es así, que una valija de cuero antigua llegó a manos del Director del MNA. Dentro de ella, fotos, cartas y elementos de navegación, libretas con manuscritos, diplomas de egreso, etc. Me llamó la atención partes de un diario cuyas páginas amarillentas tenían como titular el hallazgo de cuerpos en el mar, y el relato del accidente del vuelo AR672.
El 1 de marzo de 1944, el Aspirante a Suboficial Piloto Militar Jorge J. Alvarez recibe su diploma que lo acredita cómo CABO ASPIRANTE A SUBOFICIAL PILOTO MILITAR, y , el 23 de diciembre de 1944, recibe el diploma que lo acredita cómo CABO PILOTO MILITAR, firmado por el Ten. Cnel. Juan D. Perón, en ése entónces Ministro de Guerra.
Admito que desconozco cómo transcurrió su incipiente carrera como Piloto Militar, seguramente habrá volado en aeronaves cómo Focke Wulf 44, NA-16, o quizás Hawk 75..... pero no me gusta improvisar, menos en historia, así que voy a lo seguro.
Desde un par de fotos en blanco y negro, un orgulloso piloto Alvarez sonrie desde la cabina de un helicóptero Sikorsky S-51, un helicóptero que me es familiar gracias al fanatismo que tenía por éste aparato el Comodoro Luis Longar, helicopterista de raza e historiador de los helos.
El S-51 "Dragonfly" era un helicóptero monomotor con capacidad para embarcar un piloto y tres pasajeros. Impulsado por un motor radial Pratt & Whitney Wasp Junior R-985 B-4 de nueve cilindros que otorgaba unos 450HP de potencia aproximadamente. El mismo era un derivado civil del R-5 que opero con la USAF, la USN y el USCG.El 21 de agosto de 1947 es entregado a la Dirección Nacional de Aviación Civil (DNAC) el primero de una serie de 15 unidades, que son operados a lo largo de su carrera en este organismo, desde el Aeródromo Mariano Moreno, luego llamado Base Oficial de Aviación Civil (BOAC). Luego de mas de 10 años de prestar servicio en esta dependencia gubernamental, el S-51 LQ-XYH , junto con un S-55, se convierten en los primeros helicópteros en ser asignados orgánicamente a la FAA, recibiendo la matricula militar H-02. Lamentablemente, cuatro meses después el H-02 se perdió en un accidente en Campo de Mayo.
Seguramente como muchos pilotos, el Sr. José Alvarez probó suerte en la aviación civil, ingresando en Aerolíneas Argentinas (cualquier parecido con el presente, es mera coincidencia).
En el destacamento de bomberos de Camet, el bombero Ramón Dadario, de 32 años, se encontraba de guardia en el puesto de control del cuartel. Eleva su vista hacia el cielo y observa al DC 3 de AA iniciar un viraje hacia la izquierda. Eran las 20:44 del 15 de mayo de 1959.
Ese viraje es lo último que puede observar del veterano avión, además de que llevaba las luces prendidas, para luego sentir un fuerte estruendo, parecido al de una bomba.
La tripulación del LV AFW estaba integrada por el Comandante Raúl Cremona; José Alvarez, Copiloto; Artemio Llull, Radionavegante y Gerardo Elsinghorst, Comisario de Abordo.El pasaje estaba compuesto por seis pasajeros. No hubo sobrevivientes.
Al igual que el reciente accidente del AF 447, los cuerpos rescatados presentaban diversas fracturas en las extremidades y misteriosas quemaduras en la piel, no así en sus ropas, por lo que el informe de la JIAAC deja una duda acerca de una posible emanación de gases a bordo y posterior encendido.
José Alvarez tenía 36 años, era poseedor de la Licencia de Piloto Comercial de Primera Clase, y poseia un total de 4.219 hrs de vuelo al momento del accidente que le costara la vida.....
A través del tiempo, José Alvarez sonrie desde la cabina de su helicóptero Sikorsky, orgulloso de ser PILOTO!
Texto: Walter Marcelo Bentancor
Fotos: Familiares del Sr. Jorge Alvarez

martes, 16 de junio de 2009

16 de Junio de 1955...el día de las bombas

Como todos los días, Antonio Prividera se levanta a la 05:00 hrs. Desayuna rápidamente un mate cocido e intercambia algunas palabras con su esposa, Amelia, igualmente, ella también se levanta para ponerse a coser, yá que el sueldo de su esposo no alcanza para mantener al hogar. Antonio se termina de acomodar su uniforme de Suboficial de la Aeronáutica Militar, se asoma a la habitación en dónde descansan sus hijos y desde la puerta les deja un beso con la mirada, listo para otra jornada.....
Sale de su casa de la calle Belgrano, en Caseros, Provincia de Buenos Aires, rumbo a la estación del Ferrocarril Pacífico (hoy línea San Martín), y mientrás camina, piensa en el cronograma de inspecciones que debería realizar a las distintas unidades de la FAA en su carácter de Inspector de Armamentos. Por fin llega a la estación, y observa en uno de los periódicos los titulares del día: La situación política del país está complicada y enrarecida por los violentos sucesos ocurridos durante la celebración del Corpus Christi, pero hay un titular apartado que le llama la atención: Aviones de la Aeronáutica Militar rendirán honores a la Bandera Nacional, en acto de desagravio.
Por fin llega la formación ferroviaria, se acomoda entre los pasajeros y trata de que su uniforme llegue lo menos arrugado posible a su destino, el Comando de Material, en el cuál presta sus servicios. La locomotora inglesa va dejando su estela de humo, y los vagones de madera son testigos de sus pensamientos....recuerda cuándo en un tren carguero, siendo adolescente y sin permiso de sus padres, viajó de polizón desde San Luis hasta la Gran Ciudad Porteña, en busca de su porvenir, que encontró ingresando como Aspirante en la Escuela Mecánica de la Armada.
Casi una hora después está en Retiro. El día comienza a despuntar las primeras luces, aunque se trata de otro amanecer típico de otoño; nublado y frio...triste.
Las caras de los transeuntes demuestran preocupación y nerviosismo, típico del Porteño que vive corriendo y pensando en el dinero, para Antonio, la preocupación pasa por llegar cuánto antes al Comando, en la calle Tucumán, yá que la Aeronáutica no dispone de un edificio único para albergar a sus dependencias, siendo que los Comandos ocupaban edificios alquilados y distribuidos por la Capital.
Un vez arriba del Trolebus, se relaja y observa el paisaje gris citadino....muy alejado de los serranos puntanos que lo vieron nacer.
Llegado al Comando, se presenta en su oficina y a su jefe. Departe con sus compañeros Suboficiales, siempre con el cuidado de no hablar mal del gobierno, yá que la política ha hecho estragos entre los cuadros de las FFAA....la traición es moneda corriente y confiar en la persona no indicada puede terminar con la destitución y la cárcel. Tiempos difíciles.
Durante el transcurso de la mañana, el vuelo de un solitario reactor altera a los porteños: Un Gloster Meteor realiza un par de pasajes sobre la zona de casa de gobierno y Plaza de Mayo. Se trata del Comodoro Soto, Jefe de la VII Brigada Aérea de Morón, quién tripulando el I-095 chequea las condiciones meteorológicas para la realización del desfile aéreo previsto para el mediodía. Al aterrizar en Morón, Soto se encuentra con la novedad de la suspensión de dicho evento y la inmediata puesta en funcionamiento del Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), se trata del empleo de fuerza militares en caso de alterarse la governabilidad.
El clima en la Brigada era muy tenso. Los rumores de una sublevación armada cada vez suenan con mas fuerza.
Entre tanto, el Suboficial Ayudante Antonio Prividera se dispone a almorzar en el Comando de Material; grande es su sorpresa y disgusto al ver a nuevos Suboficiales Principales, tratándose de Personal Civil asimilados al estado militar por un Decreto del Gobierno.
Pronto, cerca de la 12:40 hrs., Antonio escucha el ronrroneo de varios aviones a pistón; pensó que se trataría del Desfile Aéreo, pero una duda lo invadía....no iban a ser los Gloster?
Minutos después se sienten varios cimbronazos, los vidrios retumban y hasta algunos vuelan en pedazos. En el comedor, todos se miran asombrados...que pasa? es la pregunta reinante.
Antonio corre hasta una de las ventanas y alcanza a divisar a los aparatos, entre la espesa nubosidad gris distingue los emblemas en sus planos: Son anclas.
En la VII Brigada Aérea, el joven Teniente Jorge Adradas recibe la orden de tomar posición en su avión, el Meteor I-063, para el despegue inmediato. Toma su paracaídas, trepa a la cabina y repasa la lista de chequeos, al parecer, esta vez la cosa va en serio....pero se presenta un inconveniente técnico en uno de los motores, por lo que no puede despegar con su escuadrilla, lo hace minutos después.....
Los aviones navales bombardeaban la zona de Plaza de Mayo y Casa de Gobierno, AT 6 Texans, Catalinas y Beechcraft AT 11...el panorama es desolador....un trolebus repleto de gente es alcanzado por una bomba, hay muertos, heridos y mutilados, diseminados por todos lados.
El Teniente Adradas dirije al I-063 a la zona de combate, una situación realmente incómoda lo invade: tener que luchar contra aviones con la misma bandera. De pronto, divisa a dos AT 6 en dirección al Río de la Plata, informa la novedad y recibe la orden de derribarlos, pone rumbo hacia uno de ellos y con una certera ráfaga lo derriba.....el jovén Guardiamarina piloto logra saltar y ser rescatado de las aguas del río...Adradas retoma la búsqueda de otro AT 6 sin resultado positivo.
Mientras todo esto ocurre a escasas cuadras, Prividera se preocupa por su familia....no es la primera vez que pasa por ésta situación, pero la gravedad del caso así lo requiere. Logra conseguir un teléfono y llamar a su casa, en Caseros, le ordena a su esposa Amelia que retire a sus hijos de la Escuela y que se refugien en su casa....el temor a las represalias de los mismos vecinos era lo peor.....cómo demostrar que era neutral?....imposible.
El I-063 toca pista en Morón a las 13:30 hrs. El Teniente Adradas con su derribo se convierte en el casual protagonista del debut de la moderna Aeronáutica Militar en combate...casi un Bautismo de Fuego.
El Comandante de Material, ordena a su personal especialista en armamentos dirigirse a la Plaza de Mayo. La tarea ?... desarmar las bombas sin explotar.....Prividera y sus Suboficiales Subalternos se dirigen a la Plaza de Mayo y alrededores.....luego de días de arduo y peligroso trabajo, logran desactivar los explosivos....
Sí hay algo que une a éstos dos Soldados, Adradas y Prividera, es haber cumplido las órdenes que le fueron impartidas, más allá de la política.....
Todo ésto y más...... ocurrió un 16 de junio de 1955.


Walter Marcelo Bentancor

martes, 9 de junio de 2009

La Famosa Semana Aeronáutica de 1957.....(2da Parte)

Los famosos Thunderbirds de la USAF, en Ezeiza (R.N.A.)

Un Stratojet en Ezeiza, visitado por escolares (R.N.A.)

Un Globemaster de la USAF visitado por los espectadores (R.N.A.)



Meteors en maniobra escalonada (R.N.A.)


Los integrantes de la Escuadrilla que dejaron boquiabiertos a los americanos: De izq. a der: 1er Ten. Van Thienen, Cdte. E. Correa Arce, Cap. J. Mones Ruiz y Cap. C. Carus.











A PESAR DE SUS FLETES, LOS CRIOLLOS NO SON MANCOS....
(o la leyenda de los Gloster Vs. Super Sabre F 100)


Y llegó el domingo 17...el Aeroparque rebozaba de público, por supuesto que el aeropuerto capitalino distaba mucho de lo que es hoy en instalaciones y pistas. Con la presencia del Presidente de la Nación Provisional, General Aramburu, y demás autoridades Nacionales, más representantes de la USAF, Fuerza Aérea Uruguaya, agregados aeronáuticos extranjeros y miembros de las FFAA.
La fiesta comenzó cuándo sobrevolaron el AEP dos aviones Focke Wulff 44, unidas sus alas por un cable del cual pendían, flamantes al viento de la marcha dos banderas, argentina y norteamericana. Luego, 4 FW 44 disputaron una carrera de velocidad alrededor de dos pilones en ambos extremos de la pista; al cabo de las diez vueltas resultó ganador el piloto Oscar Maderna, del Aero Club Argentino.
Luego, fué el turno de las alas silenciosas: Primero, un velero ala volante AV-36 Fauvel, después, un altovelero Meise del Club Albatros, finalizando con un tren de veleros Sky y Skylark, remolcados por dos Morane Cigueña de a pares.
Un estremés de emoción ofrecieron cuatro paracaidistas que con precisión, se lanzaron desde un Douglas DC 3 de la FAA, tocando tierra en forma escalonada en el centro de la pista.
La aplicación del avión a las tareas del campo, particularmente en la lucha contra las plagas que infestan los cultivos, fué la demostración a cargo de dos Piper PA 18, equipados con rociadores y fumigador.
A su turno, entraron en acción los helicópteros; desde los convencionales S-51 con ballet y acrobacia individual y de conjunto, hasta el modernísimo Djinn de fabricación francesa.
La despedida de la aviación civil estuvo a cargo de, primero, un Piper PA 18, despegando verticalmente, y luego, ante el amago de la pérdida de velocidad, restablecía la línea de vuelo.Enseguida, Gabriel Miranda deleitó al público con su FW 44, haciendo increibles maniobras acrobáticas.
Una vez terminada la demostración de las alas civiles, fué el turno de la USAF. Un rayo cruzó el AEP, y bajo un poderoso estruendo, un F-100 del Equipo Thunderbirds trepó hasta el infinito, rompiendo doblemente la barrera de sonido. Hubo conmoción entre el público yá que la sacudida vino sin previo aviso.
Desde ese momento, la USAF se hizo protagonista del espectáculo, ofreciendo pasajes en formación y aterrizajes de cargueros y transportes y el reabastecimiento de los bombarderos a reacción, realizado simultaneamente por tres aviones cisternas, además de las sucesivas demostraciones de maniobrabilidad y características operativas del bombardero mediano B-47 Stratojet.
Casi sobre la última estela del último bombardero a chorro, alejándose tras el aterrizaje, quedaron dueños de la escena los cinco Super Sabre de la escuadrilla Thunderbirds. Su irrupción en impecable formación de diamante mientras el solista se alejaba ganando altura, fué seguida por varios toneles en trepada, sin romper la formación en rombo, para en seguida de un pasaje volver a ascender pero en posición invertida. Una nueva trepada en fila india y en el ápice de la ascención, retomar la formación de diamante; en seguida un tonel de cuatro tiempos sincronizado, con un rizo de amplio radio, al cuál siguió el trazado de la hoja de trébol.
Mientras la formación principal se alejaba para tomar posiciones e iniciar la granada, reapareció el Capitán McIntosh, describiendo varios toneles sin perder la línea de vuelo y los concluyó con una ascención veloz, en posición invertida. La espectacularidad de la granada, con las cuatro máquinas ascendiendo verticalmente para luego separarse con direcciones opuestas, y en seguida, completado cada avión su looping respectivo, se entrecruzaron, a mil kilómetros por hora, convergiendo a no mas de diez metros de la pista y con muy escasa separación en las trayectorias individuales. Y a modo de despedida, el solista de la escuadrilla estadounidense renovó su magnifica exhibición de toneles en 8 tiempos, que concluyó con una trepada en tirabuzón hasta perderse de vista.
Quedó entonces el cielo libre para los de casa. Un hidroavión Martín Mariner de la aviación naval argentina sobrevoló a lo largo del murallón de la av. costanera norte, mientras cuatro paracaidistas ejecutaban su salto, para descender esta vez en aguas del río. Volvió a hacerse presente la aviación naval, ahora con su material más moderno, los Vought Corsair aviones de combate cuya velocidad máxima llega a 700 Kmts por hora. Equipados con cohetes y cañones, en pasajes sucesivos descargaron su armamento sobre un blanco fondeado en el río y en un simulacro de ataque táctico.

OTRAS SORPRESAS

Pero todavía estaban reservadas algunas sorpresas, y poco a poco las fueron ofreciendo los pilotos de la escuadrilla acrobática de la Fuerza Aérea Argentina. El clima de acción bélica, ya estaba presente con la demostración de tiro ofrecida por la aviación naval, pero alcanzó un grado mucho más alto cuando doce interceptores a reacción Gloster Meteor, integrantes de un escuadrón del Grupo 2 de Caza con asiento en Morón, simularon atacar en vuelo rasante las instalaciones de Aeroparque y máquinas estacionadas frente a las pistas y las plataformas de la torre de control.
Desplegados, desde distintos rumbos y casi saltando por sobre los árboles que bordean el paso costanero, las doce máquinas surgieron casi de improviso, a tres o cuatro metros del suelo y lanzadas a la máxima potencia de sus turbinas. Cada piloto parecía haber elegido su objetivo de antemano, y para el público fué-dentro de su carácter de simulacro- una demostración de cómo se lleva a cabo un ataque rasante y de cómo se elude la vigilancia de los radares y hasta el tiro antiaéreo al atacar desde distintas direcciones y aumentando los efectos de la sorpresa con el aprovechamiento de los obstáculos. Los resultados en caso real quedaron librados a la imaginación del espectador. Repetida la maniobra con no menor precisión por los aviadores militares argentinos, el escuadrón ganó altura y se alejó para dejar lugar a la exhibición de acrobacia de la Fuerza Aérea, que durante la víspera en Ezeiza, hiciera alarde de destreza.
La escuadrilla de cuatro Gloster Meteor-máquinas de una serie y con más de diez años ininterrumpidos-la integraban cómo guía el Capitán Jorge Monez Ruiz; numeral derecho Capitán Aldo Barbuy; numeral izquierdo, 1er Ten. Arturo Van Thienen, y farol, Comandante Eduardo Correa Arce; levantó vuelo desde el Aeroparque en formación cerrada-apenas un metro entre máquinas- y con la clásica disposición de rombo. Un giro a la izquierda y luego la majestuosidad de un tonel imperial ejecutado por las cuatro máquinas a la vez y sin perder distancia ni altura, de forma que al completar la maniobra cada aparato conservaba su puesto en la formación, fué el anticipo de lo que iba a verse enseguida.
Cambio de formación; fila india en línea ascendente y en lo alto, restablecimiento del diamante para completar en seguida un rizo de radio bien restringido. A ésta altura de la demostración, el público parecía estar electrizado, porque aún para el más lego, era evidente que el hecho de que aviadores argentinos ejecutaran idénticas figuras acrobáticas con las cuales los pilotos estadounidenses llenaran de asombro, indicaba algo incostrastable, Que de no ser el material-anticuado y de un menor rendimiento en relación a los Super Sabre, de velocidad supersónica-la destreza y habilidad de los pilotos argentinos no iba en zaga a las de los visitantes; por ello, al completar el looping en formación, surgió espontáneo el aplauso con estruendo y ovación.
La demostración de acrobacia individual corrió por cuenta del Capitán Carlos E. Carús, que mientras tomaba altura describió un tonel en vuelo ascendente, seguido por un looping y un pasaje rasante en posición invertida.Volando luego en dirección opuesta, el Capitán Carús ejecutó un tonel de cuatro tiempos y elevándose completó la maniobra con una vuelta Inmelman.


DEMOSTRACIÓN ESPECTACULAR

Volvió a reaparecer la escuadrilla acrobática y en una chandelle espectacular-trepada casi vertical-los numerales cambiaron de posición, siguiendo la demostración con nuevos toneles imperiales, looping y vuelos en posición invertida. En cada una de estas maniobras se hacía evidente la yá apuntada diferencia en máquinas, factor que resalta la capacidad del personal que las tripula. Además de la mayor potencia y velocidad, los norteamericanos disponen de dos medios que facilitan considerablemente la conducción y contribuye en mucho al ajuste de las evoluciones. En primer término, la postcombustión, recurso que provee instantaneamente velocidad adicional al aumentar el empuje del turborreactor. Con el postquemador pueden corregirse al instante las mínimas diferencias que puedan registrarse durante el vuelo en formación.Luego, la conducción de los Super Sabre no es fatigosa, dado que todas sus superficies de control-timones de profundidad, alerones y aletas de dirección-no se accionan directamente ya que a tan grandes velocidades es materialmente imposible vencer la resistencia opuesta por la vena de aire. Cada comando es operado por un circuito hidráulico que multiplica o amplifica los movimientos o presiones ejercidas sobre la palanca de comando y pedalera de dirección.
Por el contrario, nuestros pilotos de Gloster no se benefician ni con el empuje adicional de la postcombustión ni con los servo-comandos. La maniobra a más de 850 Kmts de velocidad horaria impone a los pilotos de interceptores de Gloster un considerable esfuerzo muscular, sobre todo en los brazos, y en tales condiciones, la acrobacia sincronizada y en formación obliga a una precisión casi micrométrica de movimientos. No es el caso de subestimar la calidad del espectáculo brindado por la escuadrilla estadounidense al mando del Mayor Robinson, nada de eso. Pero en presencia de la mágnifica demostración que con final de fiesta brindaron los pilotos de la escuadrilla acrobática de nuestra Fuerza Aérea, repitiendo todas y cada una de las figuras de sus colegas del Norte, es de estricta justicia y equidad determinar y dejar sentado dónde radican las diferencias. Quedó probado nuevamente y así lo escuchamos decir a un criollo ya entrado en años, que aunque el flete no ayuda, los nuestros probaron no ser mancos...
Con la granada, que tuvo una espectacularidad y precisión idénticas a la escuadrilla norteamericana, los cuatro Gloster se entrecruzaron sobre la pista y a escasos cinco metros de luz entre una y otra máquina, poniendo término al festival de clausura de la Semana Aeronáutica una sucesión de toneles rápidos en vuelo rasante y pasajes en posición invertida, a carga de la máquina del Capitán Carús.

RECONOCIMIENTO MERECIDO

Por cierto que el aplauso que rubricó la figura final de la patrulla acrobática militar argentina tuvo eco en las autoridades. El Presidente de la Nación, General Aramburu saludó y felicitó personalmente a los pilotos de los cinco Gloster, transmitiéndoles la admiración de los colegas norteamericanos ante su destreza y pericia, máxime atendiendo las diferencias de material. Fué el propio General Emrick quién transmitió al jefe de gobierno provisional esas expresiones, al obsequiarle en nombre del general Le May, una réplica del Stratotanker con el cuál llegó a Buenos Aires, portador de un mensaje del General Eisenhower.

Fuente: Revista Nacional de Aeronáutica, Diciembre de 1957.-


CINCUENTA Y DOS AÑOS MAS TARDE.......

Domingo 3 de mayo de 2009. Las mismas instalaciones que albergaron y fueron testigo de las maniobras de los Gloster, hoy, colmadas por una multitud. No es la Semana Aeronáutica, ahora lleva el nombre de AIR SHOW....no están los Thunderbirds con sus F 16, ni la aviación naval......es lógico, muchas cosas cambiaron desde ese muy lejano 1957. La gente, el país, todo cambió. Lo único que no cambió es la emoción del niño al observar evolucionar en el cielo, a los nuevos jinetes alados, civiles y militares....quizás, él sueña con llegar a ser uno de ellos, cómo soñaron esos niños agolpados en la costanera sintiendo el rugir de los bólidos plateados sobre sus cabezas......
Crear conciencia aeronáutica, de eso se trata, y el legado, se fué cumpliendo. Quedó demostrado cuando a la Fuerza Aérea Argentina, y a todo el espectro aeronáutico nacional, le tocó entrar en combate a partir del 2 de abril de 1982, en el Atlántico Sur, derrochando Valor y Patriotismo....
Hangar 3 de Morón....hoy, sede del Museo Nacional de Aeronáutica.
Un señor mayor se para y observa al Gloster Meteor C-041, que luce el emblema de la Escuadrilla 46....se da vuelta, y al observar mi presencia, me dice: Sabe Jefe....yó era chico y los ví a éstos hacer lo mismo que los yanquis, que vinieron con unos aviones bárbaros...... La Semana Aeronáutica de 1957, volvía a aparecer a través del tiempo....
Afuera, un Caza Bombardero Mirage V con más de 30 años de servicio y cubierto de Gloria, retumbaba el espacio de Morón en una espectacular trepada hacia el infinito.... quizás, queriendo alcanzar el alma de la Escuadrilla 46 y demostrando nuevamente que AUNQUE EL FLETE NO AYUDA, NO SOMOS MANCOS.....

Walter Marcelo Bentancor

sábado, 6 de junio de 2009

Familiares de los Tripulantes del Avro Lincoln B-019


Buscan a familiares de los tres tripulantes del avión hallado en el sur de Chile Se trata del Avro Lincoln B-019 que desapareció en 1950. En marzo de este año se encontraron fragmentos del avión junto a restos óseos. Se conformó una comisión para repatriar los cuerpos, sin embargo, aún no logran contactar a los familiares de tres militares fallecidos en el accidente.
Tras el hallazgo de un avión de la Fuerza Aérea Argentina en el sur de Chile, a mediados de marzo de este año, los familiares de los oficiales fallecidos en el vuelo constituyeron una comisión para solicitar la repatriación de los restos óseos. Olga Succotti, pariente del sargento Adrián Enrique Heynen, quien integraba la dotación aérea, explicó que de los once tripulantes que viajaban en la nave aún resta encontrar a los familiares de tres y pidió colaboración a la comunidad villamercedina.El hijo del piloto desaparecido Juan Bautista Mendioroz, Elvio Mendioroz, preside desde la ciudad de Carmen de Patagones la comisión que gestiona, ante los gobiernos de Cristina Fernández y Michelle Bachelet, que la Fuerza Aérea Argentina pueda repatriar los cuerpos para proceder a su identificación y entregarlos a los familiares.La comisión busca contactar a los familiares de tres militares fallecidos en el accidente: el navegador, teniente Emilio Barrios, el sargento Héctor Oscar Ibáñez y el teniente Carlos Marcos Modolo. Quienes puedan aportar información sobre estas familias pueden comunicarse al número 02920-464222 de Elvio Mendioroz o a su correo electrónico
unopatun@rnonline.com.ar.Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla La noticia de la aparición del avión argentino en territorio chileno se hizo eco en todos los medios nacionales. El Avro Lincoln MK II, matrícula B-019 desapareció el 22 de marzo de 1950. Había despegado con otros dos aviones en una misión de entrenamiento de navegación, desde la base aérea de Villa Mercedes donde trabajaba la tripulación. Después de hacer una parada en Río Gallegos para cargar combustible, los aviones de combate levantaron vuelo con destino a Ushuaia. Debido a que las condiciones climáticas se agravaron sobre Tierra del Fuego, los sistemas de descongelamiento de bota de goma no funcionaron y las superficies de los aviones comenzaron a acumular escarcha, situación que afectó el vuelo. Dos de los aviones retornaron hacia Río Gallegos pero se perdió comunicación con el B-019 que nunca volvió a su base. Después de 48 horas de búsqueda sobre la zona del lago Fagnano el avión se declaró desparecido.Más tarde, en abril de 1983, un grupo de andinistas chilenos encontró restos del avión en un glaciar en el extremo sudeste de la bahía Parry, cerca del ventisquero Las Cuevas. Ese mismo año el caso fue cerrado. Hace dos meses, el movimiento natural del ventisquero descubrió algunas partes del avión militar argentino -una hélice y una rueda, entre otras-, y una expedición turística a cargo del historiador chileno Rodrigo Fuentes Milostich, dio aviso del hallazgo.


Dotación Aérea del INAC a principios de los 80`s

En ésta difusa foto se puede apreciar parte de la dotación aérea del Instituto Nacional de Aviación Civil en la década del 80 (principios). Se pueden apreciar C-182, Pipers PA 28 Dakotas y Arrows, dos Hughes 500, dos flamantes Lear Jet 35 VR, dos Piper Séneca y sobre el pasto, los famosos IA 50 G II VR con sus colores amarillos y naranjas. Faltan en la foto, los Douglas DC 3 y los Max Holste.