Su Avión..... el Bac Canberra

Testimonio del Valor......
LA HISTORIA DE UN HALCÓN....
Debo reconocer que esta entrada para el blog, es una de las más difíciles que me ha tocado redactar...no por el tema a tratar, todo lo contrario, sino que conjuga sentimientos muy fuertes, nada menos que el Amor entre Padre e Hijo o viceversa.
Marcelo Siri como todo niño de su edad, seis años aproximadamente, jugaba con los demás chicos en el fondo de su casa, ubicada en el Barrio Aeronáutico de la II Brigada Aérea de Paraná. La tranquila y sagrada siesta era interrumpida por el estruendo que producian los reactores de ese avión de panza blanca, con una B grande y números pintados bajo las alas.....era el Canberra, el avión que volaba sú Papá. Orgulloso, elevaba sus ojos al cielo e imaginaba que algún día, él mismo podría ocupar el lugar de su Padre y tripular esa nave de la que tanto escuchaba en su casa.
Pero el destino siempre tiene guardadas cartas con las que nadie quiere jugar, y un día, esos aviones que él amaba, se marcharon al sur, lejos de las cuchillas entrerrianas, y con ellos, se fueron sus pilotos y tripulantes, su Padre estaba entre ellos.
Vaya paradoja, Marcelo había escuchado que el Canberra era un avión de orígen inglés, y ahora habría que combatir contra quienes los construyeron y su Papá sería parte de la partida.
Todo muy confuso para un niño de su edad...Mamá yá no era la misma, pendiente del teléfono y de todas las novedades y noticias que venían de esa guerra lejana, pero había otro enemigo que yá había empezado a causar estragos.....
Al regreso de una misión de guerra, el 1er Ten. Siri, navegador, no pudo bajar de su avión...el Piloto, al ver el estado de su tripulante, tuvo que ayudarlo a bajar del estrecho compartimiento del Canberra....fuertes dolores de cintura más el estrés de la misión, habían hecho estragos en el jóven Oficial de la Fuerza Aérea. Pero su amor por la profesión, por el avión, por su Patria y por su familia, hicieron que siguiera volando y cumpliendo con el juramento que había hecho años atrás cuándo era Cadete de la Escuela de Aviación Militar, Defender constantemente su bandera hasta perder la vida.
La guerra terminó, y el Escuadrón Canberra regresó a su asiento natural en la II Brigada Aérea. Pero todo había cambiado, regresaban cubiertos de Gloria, con la satisfacción del deber cumplido, pero también con el dolor de sus muertos y de sus aviones derribados.
Marcelo volvió a ver a su Papá.....pero yá no era el mismo; lo notaba distante y preocupado, incluso Mamá no era la misma....en la casita del Barrio Aeronáutico las cosas habían cambiado...... Hasta aquí, mi sincero Homenaje a un Héroe que en silencio cumplió con su Patria, y hoy es la luz que ilumina a su hijo y a su familia, cómo la Cruz del Sur...o cómo una estela en dirección hacia el sol.
Nadie mejor que su hijo, Marcelo Siri, expresando sus sentimientos y la vida de su Padre, por ello, el relato, o mejor dicho, una carta de Hijo a Padre........
Walter M. Bentancor
Capitán Don Marcelo Adolfo Siri
Por Marcelo Siri
La Historia de mi querido Padre, empieza en 1976 cuando realizo el curso de Navegador Militar, junto a su gran amigo y compañero Mario González ( La Coquena) afectuosamente llamado así por sus compañeros de la 37° promoción de la EAM.
De principio había solicitado hacer el curso porque quería volar en Canberra y tanto hizo que lo logro. Mi madre recuerda que cuando le informaron que había sido seleccionado para hacer el curso del avión vino corriendo a casa y pego un salto sobre la cama y la quebró de la alegría que tenia, estaba en camino al avión de sus amores, el Canberra.
Tenia una predisposición especial y un amor hacia ese avión que era un rasgo característico de un futuro canberrista.
Comenzó a volar y de a poco a demostrar su natural aptitud para navegar y bombardear.
Un rasgo típico de El, era que era muy minucioso y detallista en su trabajo, siempre estaba atento a toda contingencia y evento.
En el año 1979 fue destinado a Palomar a volar C-130 pero siempre su corazón seguía aferrado a su querido amigo de aventuras y fue así que solicito volver en 1981 a la II Brigada Aérea, sellando aun mas su amor por el avión de sus amores y fue así como sello su destino junto al avión.
El 5 de marzo de 1982 tuvo un accidente junto a un Canberra que tuvo una emergencia en el aterrizaje y por la gracia de Dios al chocar con un Guarani estacionado haciendo combustible no explotaron y la tripulación, se salvo de lo que hubiese sido un gran accidente … pero mi Padre al tener que saltar del avión y como consecuencia de algo que no tiene explicación se le despierta algo en su cuerpo, algo que mas tarde le seria fatal .
Continua con la actividad de vuelo, cuando lo sorprende como a todos los argentinos la hermosa noticia el 2 de Abril de 1982, las Islas Malvinas volvían a ser nuestras de nuevo.
Su corazón latía de alegría, mi padre siempre fue un férreo defensor de esta causa nacional pero también comenzó a pensar que una guerra se avecinaría y El estaba dispuesto a dar todo , a dar la vida por algo que había aprendido a amar y defender a cumplir con su juramento hecho cuando fuera un joven cadete de la Escuela de Aviación Milita allá por año 1967. Su momento, su verdad había llegado… y solo Dios y El saben el sacrificio que hizo por este juramento............
Fin de la 1era Parte